jueves, 13 de agosto de 2009

La disciplina de Dios - Testimonio

LA DISCIPLINA DE DIOS

(Testimonio)


Acepte a mi señor Jesucristo a la edad de 8 años. Anduve en sus caminos hasta cumplir 18 años, a esa edad Satanás uso una estrategia para poderme sacar de la iglesia, de ahí en adelante empecé a tomar un camino muy equivocado que me llevo a la destrucción. Estando desviada del camino del Señor, elegí a mi esposo conforme a mi voluntad y no a la de Dios, tuve 3 hijos pero como dice la palabra “hay caminos que al hombre le parecen derechos pero su fin es camino de muerte”.

Lo que yo no entendía era que mi Señor me seguía amando con un amor incondicional. Pero un día mi Padre Celestial me tuvo que corregir de una manera que yo entendiera, que necesitaba regresar a sus caminos.

Mi hijo mayor tenía 10 años cuando fue pateado en la cabeza por un caballo y quedo como muerto, de Tauramena lo remitieron a Yopal sin ninguna esperanza de vida. El Señor trato con lo que a mi me doliera “mi hijos”. Así permaneció en coma durante 15 días, días en los que una voz me hablaba en todo momento “es mi trato por desobediente” me sentí culpable y a diario le pedía perdón a Dios y le prometía que en adelante si el me sacaba de esa situación horrible, le seria fiel hasta el ultimo de mis días.

De rodillas y llorando al pie de la cama de mi hijo día y noche, no me importaba quien me estuviera viendo o hablaran de mi, solo le pedía al Señor dos cosas; que si quedaba mal de su cabeza, se lo llevara, esto rompía mi corazón a pedacitos. Pero que si se salvaba lo dejara mucho mejor de lo que estaba. Al decimo sexto día tuve que firmarle al hospital un papel donde este se libraba de responsabilidad por si mi hijo moría en la cirugía que necesitaba su cabecita.

La operación fue al siguiente día; inicio a las 7 a.m. y era la 1 p.m. y no tenia noticia alguna, mi angustia crecía cada vez mas y empecé a preguntar con desesperación, como a las 2 p.m. intente entrar a la sala donde tenían a mi hijo y fue imposible, unos minutos mas tarde salió un médico me llamo y me dijo: ¡cálmese sumerce!, no se preocupe su hijo salió completamente bien, ya abrió los ojitos y converso con nosotros y después dijo: FUE UN MILAGRO DE DIOS, NOSOTROS NO ESPERABAMOS ESTO.

Entro en mi vida una paz muy grande “esa paz que solo la da Dios” su palabra dice: “Mi paz os dejo mi paz os doy no os la doy como el mundo la da”. Le agradecí de una manera inmensa a mi Señor por lo que el había hecho conmigo y con mi hijo.

Hermanos, lo que yo quiero compartirles con este testimonio es que; si tu estas en los caminos del Señor, por ningún motivo te vayas a apartar de Él, porque el Señor nos ama que como buen padre nos corrige y la corrección duele mucho.

Con Dios no podemos jugar, Él es un Dios santo, envió a su único hijo al mundo a morir por nosotros. Aprovechemos el tiempo de gracia que el Señor nos regala. Dios los bendiga y hasta pronto.

Miriam Cruz Figueredo

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