jueves, 13 de agosto de 2009

¿Un Semaforo?

¿UN SEMÁFORO?


Por Joneyber Cruz


Alguna vez en la vida nos hemos tenido que detener frente a un semáforo, ya sea en nuestro auto, moto o bicicleta, y esperar pacientemente unos segundos a que cambie de color. Sin embargo no todos les gusta respetar sus indicaciones, y terminan ignorándolo. Pero este pequeño detalle nos puede mostrar algo mas que el respeto y conocimiento de las señales de transito.



En nuestras ciudades ya no es raro mirar algún semáforo ubicado en el cruce de varios carriles mostrando cuando avanzar o detenerse, evitando que un policía de transito este todo el día pitando, y que el ruido de su silbato se sume al bullicio de los motores. De esta manera evita accidentes y facilita la movilidad de vehículos y peatones, al convertirse en una autoridad orquestadora.


La violación a las normas de transito a causado la muerte a muchas personas. Según el informe "Muerte y Lesiones por Accidente de Transito" de Medicina Legal, en el año 2007 murieron 395 personas debido a dicha causa. Esto nos revela la gravedad que puede constituir pasar por alto una señal de transito, aunque no se puede establecer con certeza cuantas de estas muertes sucedieron por el irrespeto a los semáforos.


Muchos justifican no detenerse cuando la luz esta en rojo, porque no veían a nadie cruzando en los otros carriles o porque que iban tan rápido antes de llegar al semáforo que prefirieron acelerar. Aunque parezca una simple conjetura, lo que realmente nos muestra una persona al cruzar un semáforo en rojo, es que piensa que sus derechos o sus preocupaciones son más importantes que la de los demás, aunque este pisoteando al que tenia la autorización de cruzar.


Además esta actitud de pasar por alto una señal en rojo, también se puede hacer extensiva a otras cosas, como por ejemplo; no respetar los turnos en una fila del banco, sacar copia en un examen o parcial, acceder a subsidios públicos con documentos falsos, etc.


Por ultimo, puede ser un indicador del poco acatamiento de las normas divinas. Y es que algunos se les hace tan difícil obedecer una norma visible, cuanto más será respetar algo que no se ve. La Biblia menciona que "Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?"[1].


Aunque esto no pueda considerarse como una regla, puede ayudarnos a reflexionar, sobre algo que parece tan simple, pero que revela muchas cosas de fondo.



[1] BIBLIA REINA VALERA. Versión 1960. 1 Juan 4:20


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