viernes, 14 de agosto de 2009

Las piramides y Dios

LAS PIRAMIDES Y DIOS



Por Joneyber Cruz




La verdad de las pirámides (captadoras de dinero) en Colombia y los consejos de Dios, forman un interesante paralelo en algunos aspectos. Muchas de estas engañosas empresas han comenzado a derrumbarse, dejando en la calle a las personas que confiaron en ellas; y es que muchos hipotecaban sus casas y pedían préstamos a los bancos. De igual manera miles de personas han perdido hasta su vida porque se la invirtieron al mundo sin reglas y mandamientos divinos.


Los medios de comunicación y la Biblia tienen en común la claridad del mensaje que indica el peligro de las pirámides y el pecado. La radio, la televisión y los periódicos se sumaron a la campaña de informar a los ahorradores que se estaban dirigiendo hacia una estafa. De esta forma la Biblia también dedica suficientes líneas al grave riesgo que corre el hombre junto al pecado, señala que "[…] la paga del pecado es muerte, mas la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor Nuestro."[1], y aclara mencionando que "Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley."[2] Sin embargo en ambos casos se han rechazado los mensajes, considerándolos como publicidad de la competencia o como una forma de asustar a la gente.


La facilidad de este negocio y lo que la gente quiere con respecto a la moral son semejantes. La gente creyó que realmente habían encontrado una mina de oro, ya que era fácil entregar unos cuantos millones de pesos, esperar unos días y hacerse rico. Igualmente las personas quieren ganar la partida de la vida sin principios morales, jugando de cualquier forma; se rechaza abiertamente el matrimonio, se acepta el aborto como legal, y de todas maneras quieren tener sociedades en paz, libres de asesinatos y prosperas económicamente. En este respecto la Biblia menciona que "[…] acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán."[3]


En la mayoría de veces las personas deciden sufrir porque quieren, y no por eventos superiores inevitables. El acudir a la disculpa de desconocimiento de la verdad, no detendrá que tengamos que sufrir las consecuencias de los errores. Tristemente se ve como muchas personas oyen las advertencias, pero van y hacen justamente lo contrario. En el caso de las pirámides no se podía detener a ninguna persona para que no metiera su dinero en esto, y en cuanto a la biblia a nadie se puede obligar a que cumpla sus consejos, pero tampoco se puede escapar de los efectos de las malas decisiones en ambas situaciones.




[1] BIBLIA REINA VALERA. Revisión 1960. Romanos 6:23.

[2] Ibíd., 1 de Juan 3:4

[3] Ibíd., Deuteronomio 28:15

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